Cala Aubarca, también es conocida como Cala d’Abarca o d’Albarcar. Es una de nuestras calas favoritas de la isla porque: las vistas son increibles, hay muchas cosas para hacer y… ¡hay muy poca gente!
Y es que, la ligera complicación en llegar y estar alejado de grandes poblaciones, permite que no esté tan masificado como otras partes de la isla. Lo que lo convierte en uno de los mejores lugares para pasar un día tranquilo en Ibiza.
También hay que tener en cuenta que la erosión de los últimas décadas ha disminuido el tamaño de la cala, lo que ahuyenta a más personas (más a nuestro favor 😊). Aunque se puede entrar en el mar, tendremos que hacerlo con cuidado.
Y este es un de los grandes atractivos del lugar: el mar. El agua de la cala es un verdadero espectáculo. Aguas transparentes, cuevas marinas y una gran cantidad de peces nos obligan a pasar horas buceando.
La zona también es perfecta para los amantes de la escalada. Es frecuente ver junto a los acantilados plaquetas. ¿Quién no querría escalar en un acantilado junto al mar y por encima de aguas turquesas?
En este caso, la mejor zona de escalada es Punta Aubarca. Si quieres conocer un poco más, aquí te dejamos dos enlaces donde explican las principales vías: sector nuevo y sector viejo.
Si te has quedado con ganas de andar más, en las inmediaciones encontramos otro de los tesoros ocultos de Ibiza: la cueva de la luz. Aunque el sendero hasta llegar allí es un poco más peligroso, el color del agua es una maravilla. Eso sí, intenta organizarte para que el sol esté alto y así poder disfrutar mejor de los colores.
Por último, al ser un lugar recóndito muchas aves marinas anidan en sus peñas. El halcón de Eleonora, un ave migratoria que inverna en Madagascar, el halcón peregrino, además de gaviotas y cormoranes.